¿Alguna vez has sentido que estás a punto de lograr algo sin precedentes en tu vida, pero al mismo tiempo estás al borde de perderlo todo? ¿Recuerdas ese sentimiento en el estómago cuando te esforzaste por años y estás a punto de alcanzar lo que tanto perseguías, pero al mismo tiempo sabes que podrías perderlo en cualquier momento? ¿Recuerdas el pasado mundial, la figura de Messi y la posibilidad de consolidar su historia o perderla en los penales? Algo así le está sucediendo al mundo con la web3...
La semana pasada tuve el privilegio de asistir al Bellagio Center de la Fundación Rockefeller en el Lago Como, en Italia, como miembro de la comunidad de los Young Global Leaders. Nos reunimos allí para discutir junto al Foro Económico y la Fundación Rockefeller el significado de la identidad digital descentralizada y la web3 para el mundo, dada la urgencia global de actualizar a nuestras instituciones para hacer frente a los poderes tecnológicos que se avecinan. Se cree que si algo podrá contrarrestar el poder sin precedentes de la inteligencia artificial será la descentralización, sobre todo al pasar del #DeFi (finanzas descentralizadas) al #DeGov (gobierno descentralizado).
Entre las cosas más interesantes estaba el intercambio con líderes de todo el mundo sobre lo que significa la web3 y sus oportunidades. Para muchos, muy al estilo de cuando se decía blockchain y la gente pensaba en bitcoin, hoy en día decir web3 suena a Metaverso, un juego de realidad virtual para nerds y nada más. Esto es alarmante, ya que estamos al borde de la desconfianza digital global, menospreciando el potencial transformador de la web3. Esto está llevándose consigo una economía digital con un potencial estimado en 20.8 trillones de dólares, lo cual es devastador no solo en términos económicos, sino también sociales.
Al mismo tiempo, mientras esa es la percepción global, la Comisión Europea se debate sobre si ellos serán los primeros en crear un "single digital market", liderando el movimiento DeGov. Europa, a diferencia del resto del mundo, ha comenzado con tres pasos importantes para no dejar pasar esta oportunidad:
Publicar los estándares y tejer un ecosistema de lo que sería una infraestructura de servicios blockchain multinacional (EBSI).
Establecer las reglas de lo que podría ser una nueva identidad digital soberana para las personas y las empresas que trabajan en la Unión Europea (eSSIF).
Acordar un servicio compartido de autenticación de identidades (eIDAS) para poder dar legalidad a los identificadores descentralizados, los cuales serán clave para poder identificar las transacciones en ese nuevo mercado digital.
Incluso han comenzado a hablar de "conformant wallets", es decir, porta-documentos digitales que sean elegidos libremente por los ciudadanos para interactuar con sus gobiernos. Parece que la Comisión Europea está entendiendo algo que los demás no, algo que se resume en que en la web3 están los cimientos que eliminan las fricciones del desarrollo social y económico. Ésta puede reducir la burocracia, crear ambientes más seguros de datos, y detonar una economía digital sin precedentes que traiga mayores ingresos para todos, no solo aumentando el poder adquisitivo de las personas, si no también incrementando la capacidad de nuestros gobiernos para proveer mejores servicios de educación, salud, o algunos otros programas de asistencia social.
Europa sabe que tiene una oportunidad única para consolidar un capítulo en la historia de la humanidad, una evolución hacia la confianza en los mundos digitales que nos brinda la oportunidad de tener una economía digital que cambie todo para mejorar la vida de muchos. Sin embargo, la regulación europea está limitando la capacidad de moverse con mayor agilidad, impidiendo que las startups creen tecnología para gobiernos.
Es aquí donde vemos un momento clave para América Latina. Una región donde la regulación no está bloqueando la innovación y que se presenta como un mercado fértil, como una invitación para las startups govtech y web3. Las startups podemos encontrar no solo una gran recompensa financiera, sino también la oportunidad de marcar la diferencia en nuestro mundo. Aunque puede ser un camino difícil, nada que tenga valor ha sido fácil, y este momento podría representar la más grande oportunidad para consolidar la historia de una región.
Después de nuestra experiencia en Bellagio, estamos aún más convencidos de que el propósito de OS City de crear un kit tecnológico que facilite el abordaje de los gobiernos hacia la web3, es algo necesario. En el facilitar la tecnología, la educación, y la regulación que la promueva se encuentran posibilidades de impulsar el crecimiento económico, mejorar la privacidad, fortalecer las democracias y crear una verdadera economía moderna. Sin embargo, también es importante reconocer que si no tomamos acciones ahora, esta podría ser la más grande oportunidad que se nos va...